Violeta Bermúdez enfatizó que no se debe hacer dudar a la población sobre la protección de la vacuna. Foto: PCM
La primera ministra Violeta Bermúdez resaltó que defienden la libertad de expresión, pero que “todo derecho tiene límites” y este no puede “poner en peligro la seguridad y la salud pública”.
La presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez, informó que el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos evaluará las acciones legales que tomarán ante la desinformación que cuestionaba la eficacia de la vacuna contra la COVID-19 de Sinopharm.
A través de una conferencia de prensa en la mañana de este sábado 6 de marzo, la primera ministra enfatizó en que la difusión del informe preliminar de la Universidad Cayetano Heredia (UPCH) tuvo la intención de hacer dudar a la población de inocularse con la inmunización del laboratorio chino.
Bermúdez resaltó que el Gobierno defiende la libertad de expresión y de prensa, pero que esta no puede afectar al derecho de la población de protegerse contra la pandemiadel nuevo coronavirus al cuestionar la principal herramienta de protección.
“Nosotros somos convencidos que la libertad de expresión es un valor fundamental, pero como todo derecho tiene límites, y la libertad de expresión no puede colisionar con la información malintencionada para poner en peligro la seguridad y la salud pública. (...) Hemos encargado al Ministerio de Justicia que analice la situación para evaluar qué medidas legales vamos a adoptar”, sostuvo.
Bermúdez: “Estos son indicadores que se han omitido de informa
La primera ministra defendió la inmunización del laboratorio chino argumentando que es usada en muchos países y de acuerdo a los ensayos clínicos realizados en los Emiratos Árabes su eficacia llegó 79,3%. Esta posición es respaldada por instituciones científicas.
“Esta vacuna es una de las más utilizadas en el mundo y es aplicada en distintos países. (…) Es una información que da sustento a la adquisición efectuada para el Perú y debe dar toda la seguridad necesaria para todas las personas”.
Agregó que la UPCH deberá explicar la difusión del informe preliminar que debió haber mantenido reservado, precisamente porque no son conclusiones finales, sino parte de un proceso. Precisó que la experimentación en el territorio nacional aún continúa.
La presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez, ofreció una conferencia de prensa para aclarar la información difundida sobre las vacunas de Sinopharm, luego de que un medio de comunicación publicará un informe en el cual se indicaba una presunta baja efectividad.
La primera ministra dijo que el Instituto Nacional de Salud (INS) ya ha sacado un comunicado en el cual ha pedido que la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), responsable del ensayo clínico, aclare la información publicada. “Es muy irregular que un informe, que es una versión incompleta, esté circulando por un medio de comunicación. [...] Lo resultados no están, no existen y lo ha dicho la propia universidad”, expresó.
También señaló que al Gobierno le “parece muy irresponsable sacar verdades a medias o sacar documentos incompletos, borradores de estudios, porque lamentablemente desinforman a la población, y crean miedo, zozobra, angustia. Por eso, afirmarnos que el propósito que está detrás es hacer que fracase el proceso de vacunación y eso no va a fracasar porque también existe otras personas que quieren brindar información veraz”.
“Hacemos un llamado a los partidos democráticos de todas las tendencias políticas, a la sociedad civil, a los gremios empresariales, a los medios de comunicación críticos pero responsables con la verdad y a toda la ciudadanía a defender la salud pública y la democracia que tanto nos ha costado sostener”, añadió.
Fuente: diario La República
De igual forma, informó que se ha encargado al Ministerio de Justicia analizar la situación “para evaluar qué medidas legales vamos a adoptar”.
“Perú adquirió las vacunas el 6 de enero en base a estudios internacional, a ensayos clínicos que arrojaban el 79,3% de efectividad de las vacunas. Estas vacunas no solo se han aplicado en el Perú, se aplican en muchas partes del mundo, es una de las vacunas que se ha aplicado más en el mundo a la fecha”, comentó.
¿Qué significa la eficacia y efectividad de una vacuna?
Pese a que puedan sonar a sinónimo, la eficacia y la efectividad de una vacuna tienen significados muy distintos dentro de la comunidad científica, y no deben confundirse.
Las vacunas están llegando paulatinamente y pese a que es criticable la demora, lo cierto es que tarde o temprano nos llegará el momento de vacunarnos y debemos aprovecharlo al máximo, pues una vacuna significa un paso más hacia el control de esta pandemia que tanto daño ha ocasionado al mundo entero.
Los diversos laboratorios en todo el mundo y el personal científico ha trabajado arduamente para que en tiempo récord tengamos a disposición una serie de vacunas basadas en distintas tecnologías, como el ARN mensajero, los virus atenuados, vectores o proteínas. Sin duda es uno de los mayores esfuerzos científicos de los últimos años.
Pero a medida que los distintos laboratorios hacen públicos los datos de sus vacunas contra el COVID-19, un detalle ha saltado a la vista de todos nosotros, los simples mortales: Cada vacuna tiene un porcentaje de eficacia distinto a otra. Un hecho que irremediablemente nos lleva a preguntarnos qué es lo que significa.
Pfizer y BioNTech anunciaron que su vacuna tenía una tasa de eficacia del 95%
Moderna ha cifrado la eficacia de su vacuna en un 94,5%
La Sinopharm de China reveló tener una eficacia de 79,34%
En Rusia, el laboratorio Gamaleya informó que la Sputnik V tiene una tasa de eficacia superior al 90%
La vacuna de la Universidad de Oxford y AstraZeneca con un 70,4%
Tal como se lee, los distintos laboratorios han revelado el porcentaje de eficacia de sus respectivas vacunas. Unas cifras bastante alentadoras teniendo en cuenta que los estándares internacionales exigían que esta eficacia fuera superior al 50%. Y pese a que en un principio los investigadores no esperaban obtener resultados prometedores, la realidad fue muy positiva.
“Estos resultados cambian las reglas del juego. Todos esperábamos entre un 50 y un 70 por ciento”, refiere Gregory Poland, investigador de vacunas de la Clínica Mayo para el New York Times. De hecho, el mismo medio informa que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) había dicho que consideraría la posibilidad de conceder una aprobación de emergencia a las vacunas que mostraran solo un 50% de eficacia.
Estos datos llevan a pensar que si una vacuna tiene un 90% de eficacia, significa que de 100 personas que solo hubieran recibido esta vacuna, en promedio solo 10 se habrían enfermado. La eficacia de la vacuna es la reducción relativa del riesgo. “Cualquiera que fuera su riesgo antes, se reduce en un 90% si se vacuna”, según lo que mencionan los doctores David Spiegelhalter, de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, y Anthony Masters, de la Sociedad Real Estadística Británica, en un artículo publicado en The Guardian.
EFICACIA Y EFECTIVIDAD
El Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) menciona que “la eficacia y la efectividad de una vacuna miden la reducción proporcional de casos entre las personas vacunadas”. Sin embargo, la eficacia es obtenida del estudio en condiciones ideales y controladas, como un ensayo clínico. Mientras que la efectividad es el resultado del estudio en condiciones ambientales típicas o menos controladas, es decir, en el mundo real.
Por esta razón, y aunque es posible que la efectividad de las vacunas contra el coronavirus coincida con su impresionante eficacia, lo más probable es que la cifra pueda resultar algo menor. Y esta situación se debe a que las personas que participan en los ensayos clínicos no necesariamente son un reflejo de la población en general, en la que suelen haber casos de problemas de salud crónicos que podrían interferir en la protección de la vacuna, entre otros factores.
Por eso los estudios de efectividad se siguen llevando mucho tiempo después de que la campaña de vacunación se haya desplegado, teniendo a los investigadores pendientes ante cualquier cambio o reacción adversa.
Los inesperadamente altos porcentajes de eficacia que han mostrado los ensayos de laboratorio de las vacunas descenderán cuando se apliquen en las condiciones ambientales reales de la población. Es en este momento, cuando se deja de emplear el término eficacia para empezar a verificar la efectividad de la vacuna.
En conclusión, la eficacia es solo una medida realizada durante un ensayo clínico y “la efectividad es lo bien que funciona la vacuna en el mundo real”, afirma Naor Bar-Zeev, epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins.
¿CÓMO SE DETERMINA LA EFICACIA DE UNA VACUNA?
Para determinar este dato los investigadores separan a todos los voluntarios en dos grupos, a un grupo les inoculan la vacuna y al otro les inoculan un placebo. Todo el proceso se realiza a ciegas de los voluntarios, es decir, que el voluntario no sabe si fue vacunado o recibió el placebo. A continuación, esperan a que los participantes empiecen a enfermar y presentar síntomas, en este punto observan cuántos son los enfermos de cada grupo.
Tomemos de ejemplo el ensayo clínico que Pfizer. La empresa reclutó a 43.661 voluntarios a los que dividió en los grupos placebo y vacuna. Acto seguido, los investigadores esperaron a que 170 personas mostraran los síntomas y dieran positivo al COVID-19.
De estos 170 Covid positivos, los investigadores notaron que 162 habían recibido el placebo y solo 8 habían recibido la vacuna. Con estas cifras se calculó la fracción de voluntarios de cada grupo que enfermaron y aunque ambas fracciones eran pequeñas, la fracción de voluntarios no vacunados que enfermó fue mucho mayor que la de los vacunados.
La diferencia relativa entre ambas fracciones se expresa en un valor que es denominado eficacia. Si no hay diferencia entre los grupos de la vacuna y el placebo, la eficacia es cero, pero si entre los enfermos no había ningún vacunado, entonces la vacuna tuvo una eficacia del 100%.
Los ocho vacunados que resultaron enfermos en los ensayos de Pfizer versus los 162 con placebo que resultaron enfermos dio como resultado que la vacuna tuviera una eficacia del 95% respecto del universo total del ensayo. Una cifra que prueba de manera convincente que la vacuna funciona bien.
Fuente: diario Perú 21
LA IMPORTANCIA DE LA VACUNACIÓN
Sin embargo, ni la más eficaz vacuna del mundo serviría de algo si no existe una masiva campaña de vacunación, ya que el éxito de este proceso médico depende de la cantidad de personas vacunadas en una sociedad. Pues al frenar la propagación del virus, las vacunas no protegen solo a las personas que las reciben sino que con el tiempo también pueden reducir las tasas de nuevas infecciones y proteger al conjunto de la sociedad.
“Las vacunas no salvan vidas. Los programas de vacunación salvan vidas”, refiere David Paltiel, profesor de la Escuela de Salud Pública de Yale en el New York Times.
“No hay que ponerse a comparar vacunas; hay que ponerse la vacuna que esté disponible en el lugar donde uno resida. Lo importante es vacunarse porque eso reducirá mucho el riesgo de tener una enfermedad grave o morir, y nos ayudará a empezar a controlar este virus”, ragrega la experta infectóloga María Elena Bottazzi, del Colegio Baylor de Medicina de Houston, en Estados Unidos, en BBC Mundo.
Sinopharm es de 79.34% según estudios internacionales
Ante la propalación de una supuesta baja efectividad de la vacuna Sinopharm por un medio de comunicación, el Minsa aclaró que estudios publicados en The Lancet confirman efectividad de esta vacuna muy por encima del porcentaje aceptado internacionalmente.
A través de un comunicado oficial, el ministerio de Salud informó que la vacuna Sinopharm tiene un procentaje de efectividad de 79.34% según los estudios de fase III realizados en los Emiratos Árabes Unidos y corroborados en la prestigiosa revista científica The Lancet.
Este comunicado llega luego que en un programa de televisión se propalara una presunta baja efectividad de la vacuna del laboratorio chino Sinopharm basándose en datos del estudio de fase III realizado en nuestro país a cargo de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH).
Según el comunicado del Minsa, la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemind) aprobó el 26 de enero de 2021 la autorización sanitaria excepcional para la importación y uso por salud pública de la vacuna Sars 2 SINOPHARM basada en la información científica anteriormente citada.
“Complementariamente, la revista científica The Lancet ha publicado resultados de estudios de fases I y II señalando la capacidad neutralizante de la vacuna en diferentes grupos etarios”, se lee en el comunicado.
El Estado peruano realizó la adquisición de un millón de vacunas de Sinopharm para iniciar el proceso de inmunización tal como se viene realizando en China, Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Serbia, Zimbabue y Arabia Saudita, según figura en la revista científica Jama Insights de febrero del 2021.
El ministerio alertó a la ciudadanía a no dejarse sorprender por información emitida por fuentes no oficiales y sin rigurosidad científica.
Por su parte el Instituto Nacional de Salud (INS), a través de un comunicado, indicó que el ensayo clínico de la vacuna de Sinopharm, aún no ha concluido, por lo que a la fecha los resultados de la efectividad de las dosis continúan siendo evaluada.
“Según lo informado por los investigadores, aún no ha concluido. Los resultados clínicos aún no han terminado de ser calificados y no se ha producido la apertura del ciego en la mayoría de los participantes, por lo que los resultados de eficacia y seguridad del producto de investigación continúan siendo evaluados”, indicó.
Agregó que la formulación del informe que contenga las conclusiones sobre la evaluación de la eficacia y seguridad del producto de investigación requiere un análisis de datos exhaustivo, con un adecuado control de sesgos y variables confusoras. Asimismo, la interpretación de los resultados deberá de darse de manera objetiva e imparcial.
En ese sentido exhortó a la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), y los investigadores “aclarar inmediatamente” las versiones periodísticas que circulan sobre supuestos resultados de los ensayos clínicos. Asimismo, solicitó realizar los máximos esfuerzos para contar con los resultados finales de la investigación en al más breve plazo y difundirlos a la comunidad científica y público en general.
Un año del COVID-19 en el Perú: Así fue el anuncio del primer caso y las palabras del paciente (VIDEO)
La mañana del 6 de marzo, el expresidente Martín Vizcarra y la exministra de Salud, Elizabeth Hinostroza anunciaban al país el primer caso de COVID-19. Revive el momento en el que la vida cambió para siempre.
06/03/2021
Este sábado 6 de marzo se cumple un año desde que el expresidente Martín Vizcarra, acompañado de la exministra de Salud, Elizabeth Hinostroza, anunciaran la detección del primer caso de COVID-19 en el Perú, iniciando así un periodo de crisis que aún no termina.
“Debo informar que en horas de la madrugada se ha confirmado el primer caso de infección por coronavirus (COVID-19) en nuestro país, en un paciente varón de 25 años de edad, con antecedentes de haber estado en España, Francia y República Checa”, sostuvo aquella vez el exmandatario.
Inmediatamente se activaron los protocolos diseñados por el Ministerio de Salud. Sin embargo, a la luz de los hechos, la pandemia sobrepasó toda actividad preventiva.
“Un mensaje de tranquilidad para todos los peruanos, este gobierno ha dispuesto todas las medidas necesarias para enfrentar una situación de este tipo”, sostuvo.
Palabras del paciente cero
Pasados 365 días desde que fue el centro de la noticia, Luis Felipe Zevallos Arroyo, el joven piloto comercial de la aerolínea Latam y paciente cero de la enfermedad, prefirió dejar atrás definitivamente aquel episodio.
“Prefiero no dar ninguna entrevista, por favor. Prefiero no responder (preguntas)”, dijo a este medio ante la consulta para recabar sus opiniones.
Actualmente, Zevallos ha retomado sus labores como piloto de vuelos nacionales. De sus nueve familiares cercanos, seis contrajeron la enfermedad, pero lograron recuperarse.
Un dato que no debe pasar desapercibido es que fue una clínica privada la que detectó la enfermedad en él, más no una entidad pública. Esto gracias a su insistencia para ser diagnosticado antes de volver a trabajar.