OMS denuncia un “nacionalismo de vacunas” incompatible con la lucha
contra el virus
“El nacionalismo de vacunas no es
bueno. Esto no va a ayudarnos”, declaró el jefe de la OMS durante el Foro de
Seguridad de Aspen, tres días de debates que este año se celebran
telemáticamente.
El Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus. (Foto: AFP/Fabrice COFFRINI)
El director general
de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, se
alzó el jueves contra cualquier “nacionalismo” en materia de vacunas y abogó
por que se compartan herramientas para combatir el COVID-19.
“El nacionalismo de vacunas no es bueno. Esto no va a ayudarnos”, declaró durante el Foro de Seguridad de Aspen, tres días de debates que este año se celebran telemáticamente.
“Debería haber un consenso
mundial para que cualquier vacuna sea un bien público común; es un compromiso
político”, exhortó.
Para él, no se trata de “compartir por compartir”, sino porque es una necesidad
y que esto beneficiaría incluso a los países mejor equipados: “No dan caridad a los demás. Lo hacen por ellos mismo, pues cuando
el resto del mundo se restablece y se abre, igualmente se benefician”.
“Una reactivación más rápida es una reactivación conjunta, porque vivimos en un mundo globalizado. Las economías están íntimamente relacionadas”. No puede haber “algunos países seguros que se recuperan. Todos deben recuperarse juntos”, subrayó.
“Los daños causados por el
COVID-19 podrían ser menores cuando los países que tienen medios se comprometen”,
insistió.
Unas 26 posibles vacunas están siendo
probadas en diferentes fases, de las cuales seis están “en una buena etapa, ensayos clínicos”, reafirmó el
director de urgencias sanitarias de la OMS, Michael Ryan, que volvió a
mostrarse cauteloso.
"No hay ninguna garantía que una
de estas seis nos dé la respuesta, y probablemente necesitaremos más de una
vacuna para hacer este trabajo", dijo el epidemiólogo, a la vez
que celebró los numeroso proyectos en curso en el mundo.
El nuevo coronavirus ha matado a más de 700,000
personas en el mundo e infectado a más de 18.8 millones desde la aparición de
la pandemia en China en diciembre, según un recuento de la AFP basado en
fuentes oficiales.