miércoles, 10 de febrero de 2021

Oxígeno: una búsqueda desesperada entre estafas y reventa en plena segunda ola de COVID-19

Oxígeno: una búsqueda desesperada entre estafas y reventa en plena segunda ola de COVID-19

Revendedores aprovechan la emergencia e inflan precios o venden balones adulterados. Policía reporta incremento estafas por compras en redes sociales. Estafadores suplantan identidad de trabajador a quien le robaron el DNI

En una carrera contra el tiempo, varias personas deben pasar noches enteras durmiendo en la berma central de la Av. Alfredo Palacios, en el Callao, para tentar una recarga de oxígeno y salvar la vida de sus seres queridos. De este drama se aprovechan los inescrupulosos que venden un espacio hasta en S/100. (Hugo Pérez / @photo.gec)

En una carrera contra el tiempo, varias personas deben pasar noches enteras durmiendo en la berma central de la Av. Alfredo Palacios, en el Callao, para tentar una recarga de oxígeno y salvar la vida de sus seres queridos. De este drama se aprovechan los inescrupulosos que venden un espacio hasta en S/100. (Hugo Pérez / @photo.gec)

Marisol Bernuy lleva 12 horas sentada en la calle al lado de un balón de oxígeno y aún le faltan otras tres para saber si alcanzará a comprar el insumo que mantiene con vida a su esposo, enfermo de . En las últimas dos semanas ha vivido una odisea para conseguir oxígeno como sea. Pero el dinero no alcanza y la necesidad crece. Por eso, se amanece frente a la distribuidora Criogas, en el Callao, junto a decenas de personas que llevan días tratando de llenar sus balones.

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La segunda ola de contagios ha disparado la demanda de oxígeno en el Perú. De diciembre a enero, su consumo se  solo en hospitales que reportan a la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud), sin contar con el que buscan directamente los familiares de pacientes atendidos en sus casas. “No hay oxígeno en ninguna parte. No hay recargas, te dicen para otro día o te cobran lo que quieren. Es desesperante, mi papá necesita y el oxígeno que tiene le va a durar solo cuatro horas”, cuenta Celinda Rodríguez.

Odisea Por Oxígeno
En una carrera contra el tiempo, varias personas deben pasar noches enteras durmiendo en la berma central de la Av. Alfredo Palacios, en el Callao, para tentar una recarga de oxígeno y salvar la vida de sus seres queridos.
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Odisea Por Oxígeno

Es una carrera contra el tiempo que tiene competencia desleal: revendedores y sujetos que cobran hasta S/100 por un espacio en la enorme fila afuera de Criogas. Luis Barsallo, dueño de la empresa y apodado el ‘Ángel del Oxígeno’ (por no elevar precios), denuncia que hay un mercado negro que lucra con su negocio. “El cilindro que llenamos de 5 m3 [que él vende a S/100] lo revenden a S/500 o S/600”, explica. El último miércoles, él mismo retiró de la fila a unas 50 personas que no tenían documentos para demostrar que compraban el producto para un familiar. Al día siguiente, luego de semanas denunciando amenazas, no pudo abrir su local.

Jugar con la vida

El coronel PNP Luis Huamán Santamaría, jefe de la División de Estafas de la Policía Nacional, indica que en las últimas semanas han crecido estos delitos en la venta de oxígeno, especialmente en redes sociales.

“Crean falsos perfiles en Facebook, clonando el logo de empresas legales. La víctima, que se encuentra en situación de apremio, deposita el dinero, pero el producto nunca llega”, explica a El Comercio. Solo en enero, la PNP ha recibido al menos cinco denuncias por estafas desde la misma cuenta: Praxair Oxígeno, que usurpa la identidad de Linde Praxair, una de las empresas más grandes de este rubro en el país.

Akemi Montero, otra joven que cayó en la estafa, aún no ha formalizado la denuncia porque el tiempo que tiene lo reparte entre su madre, quien está en su casa con COVID-19, y su papá, hospitalizado por la misma razón. “En mi desesperación, y como todas las empresas me decían que debía esperar un día, llegué a la supuesta página de Praxair. Deposité dinero y nunca llegaron. Juegan con la vida y nuestra desesperación”, dice.

Estafadores usurpan el nombre de la empresa Linde Praxair para pedir dinero a cambio de balones de oxígeno que nunca llegan.
Estafadores usurpan el nombre de la empresa Linde Praxair para pedir dinero a cambio de balones de oxígeno que nunca llegan.

Lo mismo le sucedió a la familia de Miguel Chávez, cuya sobrina depositó desde Arequipa S/1.000 a una cuenta a nombre de Mario Luis Salinas Miranda, una persona que “no existe”, según le indicaron en la comisaría de José Luis Bustamante y Rivero. También le sucedió a María Alejandra Castillo, quien abonó S/1.500 y nunca recibió oxígeno. Su caso está en la comisaría de Yanahuara.

Todos coinciden en un nombre: Gerardo Sarmiento Juárez, la supuesta persona que recibe la llamada, se presenta como gerente de la falsa Praxair y envía una foto de su DNI para generar confianza en sus clientes. Con este nombre hay otras cuatro denuncias en el 2020 en Lima, Trujillo y Huánuco por estafas con el famoso cuento del premio de “La fábrica de sueños” o de una camioneta 4x4.

Pero Gerardo Sarmiento –el real– trabaja en la Municipalidad de San Isidro y denuncia que es víctima de suplantación de identidad. En el 2015 le robaron el DNI y ahí empezaron sus problemas. “Nos apersonamos a Huánuco por una de las denuncias, estamos esperando que deriven los papeles a Lima. Esto me apena por las personas estafadas”, dijo a El Comercio. En Facebook existen hasta seis cuentas distintas con su nombre. En una de ellas, el falso Gerardo es gerente de ATV y en otra, promotor de Toyota. El viernes pasado presentó la denuncia por suplantación de identidad en la Comisaría de Chorrillos.

El Comercio se contactó con uno de los números que aparece en la cuenta falsa de Facebook. Quien contestó dijo llamarse “Roy Cárdenas” y pidió que se deposite 1.000 soles a una cuenta bancaria con el nombre de Jasmin Trujillo Masgo por un balón de 10 m3 de oxígeno. A esta cuenta también depositó Akemi Montero. María Alejandra Castillo, otra de las afectadas, hizo el pago en una cuenta que usa el nombre Carina Tello Shapiama. Precisamente, las cuentas a nombre de Jasmin y Carina aparecen en otra denuncia por estafa interpuesta el 5 de enero en Yungay (Áncash).

Gerardo Sarmiento denuncia que ha sido víctima de suplantación de identidad. En el 2015 le robaron el DNI y es ese el que muestran los estafadores para generar "confianza" en los posibles clientes. En la foto muestra la denuncia interpuesta el último viernes. (Jesús Saucedo / @photo.gec)
Gerardo Sarmiento denuncia que ha sido víctima de suplantación de identidad. En el 2015 le robaron el DNI y es ese el que muestran los estafadores para generar "confianza" en los posibles clientes. En la foto muestra la denuncia interpuesta el último viernes. (Jesús Saucedo / @photo.gec)

Oferta y demanda

Para Alicia Abanto, adjunta para la Administración Estatal de la Defensoría del Pueblo, las estafas surgen ante una demanda de oxígeno que el Estado no logra satisfacer. “¿Por qué las personas tienen que recurrir a Facebook, si hay hospitales que tienen oxígeno y están obligados a brindarlo?”, dice.

Según el reporte de Susalud, actualizado al 28 de enero [], 39 de 53 centros públicos de Lima Metropolitana, entre ellos los hospitales Sabogal, Rebagliati y Dos de Mayo, contaban con oxígeno disponible para ese día. Abanto indica que, por falta de fiscalización en hospitales, las familias terminan buscando el insumo por su cuenta. “No solo hay reventa y precios inflados, sino oxígeno de mala calidad, tanques inseguros, cilindros repintados. Ese es el riesgo de comprar en redes sociales”, advierte.

.En una carrera contra el tiempo, varias personas deben pasar noches enteras durmiendo en la berma central de la Av. Alfredo Palacios, en el Callao, para tentar una recarga de oxígeno y salvar la vida de sus seres queridos. De este drama se aprovechan los inescrupulosos que venden un espacio hasta en S/100. (Hugo Pérez / @photo.gec)
.En una carrera contra el tiempo, varias personas deben pasar noches enteras durmiendo en la berma central de la Av. Alfredo Palacios, en el Callao, para tentar una recarga de oxígeno y salvar la vida de sus seres queridos. De este drama se aprovechan los inescrupulosos que venden un espacio hasta en S/100. (Hugo Pérez / @photo.gec)

Lo cierto es que, aunque aún habría oxígeno disponible en algunos establecimientos, la demanda crece sostenidamente. De acuerdo con proyecciones del Ministerio de Salud (Minsa) establecidas en el plan de preparación para la segunda ola (Resolución Ministerial N° 928-2020/MINSA) en los próximos meses se podría llegar a entre 100 mil y 300 mil hospitalizados, con lo que la demanda diaria de oxígeno sería de entre 1 y 3 millones de m3. No obstante, la capacidad real de producción y almacenamiento por día bordea los 800 mil m3 a nivel nacional. “Lo que tenemos no es suficiente para la proyección que no contaba la variante más contagiosa. Si en febrero o marzo se duplica la demanda tendríamos un escenario catastrófico en cuanto a oxígeno”, sostiene Abanto.

Ante estos escenarios, considera necesario que se privilegie la producción de oxígeno medicinal sobre el industrial, se garantice la importación y se refuerce la implementación de plantas productoras de oxígeno. “La producción real de las plantas de oxígeno es apenas el 2.8% del total. Mientras que los tanques criogénicos, que los hospitales compran a las grandes empresas, son el 64%”, agrega.

Oxígeno en casa con seguridad

El oxígeno suministrado a tiempo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en pacientes con neumonía por COVID-19, sostiene el infectólogo Fernando Mejía, quien lideró un sobre la relación entre la mortalidad y el suministro temprano de oxígeno. “Entre quien va al hospital con saturación entre 90 y 94 y otro que llega con menos de 80, el segundo tiene 800% más probabilidad de morir”, explica.”, explica.

Por eso, Mejía recomienda que el monitoreo de la saturación de oxígeno sea constante con un pulsioxímetro, incluso cuando el paciente no presenta síntomas de pérdida de aire. “Cuando a las personas les falta aire llegan muy tarde a los hospitales porque el COVID-19 evita que sientas la falta de aire habitual. Puedes estar oxigenando bajo y sentirte normal”, advierte el especialista. La saturación en la costa y selva peruana debe estar entre 100% y 95%. Cualquier disminución debe ser un primer signo de alerta para buscar atención médica.

Sin embargo, aunque el oxígeno es esencial, Inés Sáenz, jefa del Servicio de Anestesiología y Recuperación del hospital Sabogal, advierte que sin supervisión médica puede resultar aún más perjudicial. “El oxígeno en forma indiscriminada o en altas dosis puede causar fibrosis y otros daños”, dice.

Fuente: diario El Comercio

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