En Querétaro ya se acumulan 8,635 casos de COVID-19, sin embargo, los habitantes del estado han comenzado a ignorar las medidas para evitar los contagios del virus SARS-CoV-2, y ya realizan fiestas masivas, pese a que las autoridades han endurecido los castigos.
Previo a la celebración de las fiestas patrias, que ocurrieron la semana pasada, el secretario de Gobierno, Juan Martín Granados Torres, recordó que en el Código Penal estatal se estipula que se pueden imponer penas de hasta 12 años de prisión a quien acuda a una fiesta y que en ella resulten personas contagiadas de COVID-19.
"Si efectivamente una persona, en el periodo normal que establece la medicina, se da un positivo a COVID y los médicos establecen que ese fue el lugar del contagio, entonces la persona responsable de cualquier reunión o cualquier concentración podría incurrir en el delito de peligro de contagio", dijo el funcionario a El Universal el pasado 15 de septiembre.
El funcionario mencionó que se aplicará el artículo 127 BIS-1 del Código Penal del estado, que menciona, "Al que sabiendo que padece una enfermedad grave en periodo infectante, sin que la víctima u ofendido tenga conocimiento de esta circunstancia, ponga en peligro de contagio la salud de otro, por relaciones sexuales u otro medio transmisible se le impondrán las penas previstas para el delito de lesiones".
En el artículo 127 se señala que las penas para lesiones van de 3 meses a 12 años de prisión.
Sin embargo, poco importaron las advertencias de Juan Martín Granados ya que, según reportó el diario Excélsior, durante la madrugada del 16 de septiembre, elementos de Protección Civil, de la Secretaría de Seguridad y de la Secretaría de Salud, irrumpieron 17 fiestas para suspenderlas debido a la gran cantidad de gente reunida.
El citado medio indicó que hubo fiestas en la capital del estado en las que se reunieron hasta 400 personas, mientras que en el municipio San Juan del Río, se suspendió un evento de pelea de gallos en el que había 200 personas.
Estas fiestas están generando peligrosos brotes familiares en el estado, así lo confirmó la directora de Servicios de Salud del estado, Martina Pérez Rendón, quien informó que desde principios de agosto y hasta el 17 de septiembre, se han documentado 55 casos de familias contagiadas de COVID-19.
"Muchos de estos casos ocurren posterior a alguna reunión y pues lamentablemente si llega a haber pérdidas o casos graves", dijo la funcionaria al Diario de Querétaro, y añadió, "El celebrar cualquier circunstancia familiar, un aniversario, o simplemente el hecho de estar juntos, lo podamos postergar".
COVID-19: alarma entre científicos por una "vacuna sorpresa" en octubre
Agencia EFE
Por Liz Szabo y JoNel Aleccia
Washington, 21 sep (EFE News).- El presidente Donald Trump, que parece decidido a anunciar una vacuna para COVID-19 antes del día de las elecciones, podría autorizarla legalmente a pesar de las objeciones de expertos, funcionarios de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) e incluso los fabricantes, que se han comprometido a no lanzar nada a menos que haya demostrado ser seguro y eficaz.
En podcasts, foros públicos, redes sociales y revistas médicas, un número creciente de líderes de salud dicen que temen que Trump, quien ha señalado repetidamente su deseo de que la vacuna se apruebe rápido, tomará el asunto en sus manos, pasando por alto el proceso habitual.
Esto reflejaría otro intento por inyectar política en decisiones sensibles de salud pública. Trump ha contradicho repetidamente el consejo de científicos de alto nivel sobre COVID-19 y ha avalado tratamientos controversiales para tratar la enfermedad.
Las preocupaciones se intensificaron durante este fin de semana, después que Alex Azar, secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS), afirmara la autoridad de su agencia sobre la FDA para establecer normas.
La FDA suele aprobar las vacunas. Pero Azar, que informa directamente a Trump, puede emitir una autorización de uso de emergencia, incluso antes que se haya demostrado que la vacuna es segura y eficaz en ensayos clínicos en etapa avanzada.
"Sí, este escenario es ciertamente posible legal y políticamente", afirmó el doctor Jerry Avorn, profesor de medicina en la Escuela de Medicina de Harvard, quien describió este escenario en el New England Journal of Medicine. Dijo que "parece más aterrador y posible cada día".
Expertos en vacunas y funcionarios de salud pública están particularmente molestos por la posibilidad porque podría arruinar la frágil confianza del público en una vacuna para COVID-19.
Podría poner a las autoridades científicas en la posición de instar a las personas a no vacunarse después de años de intentar persuadir a los padres indecisos para que ignoraran temores infundados.
Los médicos podrían negarse a administrar una vacuna aprobada con datos inadecuados, dijo el doctor Preeti Malani, director de salud y profesor de medicina en la Universidad de Michigan en Ann Arbor, en un seminario virtual. "Podrías tener una vacuna segura y eficaz que nadie quiera usar".
Una encuesta reciente de KFF encontró que el 54 % de los estadounidenses no se pondría una vacuna para COVID-19 autorizada antes del día de las elecciones.
Judd Deere, vocero de la Casa Blanca, desestimó las preocupaciones de los científicos y dijo que a Trump solo le importaba la seguridad y la salud del público.
Por lo general, la FDA aprueba las vacunas solo después que las empresas presentan años de datos que demuestran que una vacuna es segura y eficaz. Pero una ley de 2004 permite a la FDA emitir una autorización de uso de emergencia con mucha menos evidencia, siempre que la vacuna "pueda ser efectiva" y sus "beneficios conocidos y potenciales" superen sus "riesgos".
Muchos científicos dudan que una vacuna pueda cumplir con esos criterios antes de las elecciones. Pero los términos pueden ser lo suficientemente vagos desde el punto de vista legal como para permitir que la administración tome tales medidas.
Moncef Slaoui, asesor científico jefe de Operation Warp Speed, el programa gubernamental que apunta a desarrollar más rápidamente las vacunas para COVID-19, dijo que es "extremadamente improbable" que los resultados del ensayo de una vacuna estén listos antes de finales de octubre.
Sin embargo, Trump ha insistido repetidamente en que a partir del próximo mes se distribuirá una vacuna para combatir la pandemia que ya se ha cobrado unas 200.000 vidas en el país. Reiteró esa afirmación el sábado 19 de septiembre en un mitín de campaña en Fayetteville, en Carolina del Norte.
La vacuna estará lista "en cuestión de semanas", dijo. "Pondremos fin a la pandemia de China".
Aunque compañías farmacéuticas han lanzado tres ensayos clínicos en los Estados Unidos, nadie puede decir con certeza cuándo tendrán suficientes datos para determinar si las vacunas son seguras y efectivas.
Los funcionarios de Moderna, cuya vacuna se está probando en 30.000 voluntarios, han dicho que sus estudios podrían producir resultados para fin de año, aunque el análisis final podría realizarse la próxima primavera.
Los ejecutivos de Pfizer, que han ampliado su ensayo clínico a 44.000 participantes, aseguran que sabrán si su vacuna funciona a finales de octubre.
El ensayo de la vacuna de AstraZeneca en los Estados Unidos, que estaba programado para inscribir a 30.000 voluntarios, está entre paréntesis por una posible enfermedad relacionada con la vacuna.
Los científicos han advertido durante meses que la Administración Trump podría intentar ganar las elecciones con una "sorpresa de octubre", autorizando una vacuna que no haya sido completamente probada.
En un artículo de opinión publicado en The Wall Street Journal, los excomisionados conservadores de la FDA, Scott Gottlieb y Mark McClellan, argumentaron que la intrusión presidencial era poco probable porque el "proceso completo y transparente de la FDA no se presta a la intromisión. Cualquier desviación se haría evidente muy rápido".
Pero la Administración ha demostrado su voluntad de doblegar a la agencia a su voluntad. La FDA ha sido criticada por emitir autorizaciones de emergencia para dos tratamientos de COVID-19 que fueron impulsados por el presidente, pero que carecían de evidencia sólida que los respaldara: la hidroxicloroquina y el plasma convaleciente.
Aunque el comisionado de la FDA, Stephen Hahn, le dijo al Financial Times que estaría dispuesto a aprobar el uso de emergencia de una vacuna antes de que concluyeran los estudios a gran escala, los funcionarios de la agencia también se han comprometido a garantizar la seguridad de cualquier vacuna para COVID-19.
El doctor Peter Marks, alto funcionario de la FDA que supervisa las aprobaciones de vacunas, ha dicho que renunciará si su agencia aprueba una vacuna para COVID-19 que no esté bien probada.
En el editorial del New England Journal, Avorn y el coautor, el doctor Aaron Kesselheim, se preguntaron si Trump podría invocar la Ley de Producción de Defensa de 1950 para obligar a las farmacéuticas reacias a fabricar sus vacunas.
Pero Trump tendría que demandar a una empresa para hacer cumplir esta ley, y la empresa tendría un caso sólido para negarse, dijo Lawrence Gostin, director del Instituto O'Neill para la Ley de Salud Nacional y Global de Georgetown.
Además, señaló que Trump no podría invocar la ley a menos que una vacuna estuviera "científicamente justificada y aprobada por la FDA".
KHN (Kaiser Health News) es un servicio de noticias sin fines de lucro que cubre temas de salud. Es un programa editorialmente independiente de KFF (Kaiser Family Foundation) que no tiene relación con Kaiser Permanente.
A falta de vacuna, test
rápidos y baratos: las nuevas técnicas que nos pueden salvar
Empresas multinacionales y españolas multiplican la
producción de test de antígenos mientras se desarrollan otros sistemas, como
los test basados en saliva
21/09/2020 05:00 - ACTUALIZADO: 21/09/2020 08:32
A falta de meses para que las primeras vacunas comiencen a ser una realidad, si todo va bien, y bastante más tiempo para que se administren de forma masiva, muchos ojos están puestos en otras formas de control de la pandemia que nos permitan llevar una vida un poco más próxima a la normalidad. Aumentar la capacidad para detectar los contagios ha sido un reto desde la aparición del covid. El reto pasa por realizar un mayor número de test, más rápidos y más baratos, pero no es nada fácil.
La prueba por excelencia es y seguirá siendo la PCR. Gracias a la secuenciación genética del virus, se ha utilizado desde el principio y es la mejor en cuanto a sensibilidad (capacidad para identificar como positivos a las personas que tienen el virus) y especificidad (capacidad para identificar como negativos a las que no). Sin embargo, las PCR requieren un equipamiento costoso, personal capacitado, reactivos específicos y no menos de cuatro horas de trabajo que a la hora de la verdad pueden convertirse en varios días de espera hasta obtener el resultado.
Contar con pruebas más rápidas, más baratas y más fáciles de manejar ayudaría a tener una visión más real de evolución de los brotes, facilitaría el seguimiento de casos y posibles contagios y facilitaría la vida en entornos laborales, centros escolares y muchas otras actividades. ¿Tenemos esos test? ¿Son fiables? ¿Habría que incorporarlos a nuestras rutinas diarias?
La revista ‘Nature’ cita el caso de la India,uno de los países donde la pandemia más se ha descontrolado. La apuesta por los test rápidos hizo que ya a finales de agosto estuviera haciendo más de un millón de pruebas al día, lo que probablemente haya contribuido al menos a ralentizar la propagación del covid en un país que va a superar a China como el más poblado del mundo. Italia también ha incorporado este tipo de pruebas en sus aeropuertos para pasajeros que llegan de las zonas en peor situación pandémica.
Aunque se suele hablar de pruebas rápidas en general, existe una gran variedad de opciones que “detectan anticuerpos o antígenos, aunque con una técnica que es mucho menos sensible y específica que la PCR”, explica a Teknautas Miguel Ángel Llamas, biólogo molecular, profesor asociado de la Universidad Complutense de Madrid y CEO de Empireo, empresa de diagnóstico molecular. La ventaja, además de su celeridad y facilidad de manejo, es que pueden salir a un coste de entre dos y seis euros (frente a un coste medio de una PCR que está entre 10 y 20).
Los test de anticuerpos o serológicos se realizan en sangre y son una prueba de diagnóstico indirecta, ya que “no estás detectando el virus, sino la consecuencia de que haya estado en el cuerpo”. Cuando se produce la infección el sistema inmunitario pone en marcha la maquinaria de fabricación de anticuerpos y mediante en el caso del SARS-CoV-2 “pueden detectarse a partir del séptimo día, pero hay pacientes que no los desarrollan hasta que han pasado dos semanas o hasta un mes”. En definitiva, son más útiles para saber si una persona ha superado la infección que para detectar a alguien con capacidad de contagiar.
A pesar de que con este sistema se pueden colar muchos casos que estén en los primeros días de la enfermedad (y, por lo tanto, aún no hayan desarrollado anticuerpos), se están utilizando ampliamente, por ejemplo, en las pruebas masivas a los profesores antes de la vuelta a clase. Por otra parte, la detección puede variar mucho en función del tipo de inmunoglobulinas que detecte cada test, por ejemplo, las IgG son más sensibles que las IgM, pero tardan más en aparecer.
La ‘revancha’ de los test de antígenos
En cambio, los test de antígenos son una prueba directa, detectan el virus cuando está presente y, por lo tanto, pueden dar resultados en las primeras fases de la infección. Para el paciente la toma de muestras no cambia con respecto a la PCR, ya que se toma mediante un hisopo. “Lo único que necesitan estas pruebas es que haya suficiente cantidad de virus para ser detectado, ya que son menos sensibles”, señala el experto.
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los test de antígenos más novedosos funcionan bien para detectar pacientes con síntomas en los primeros días de la enfermedad e incluso personas infectadas que aún no han desarrollado dichos síntomas (entre uno y tres días antes) si tienen cargas virales altas. La OMS destaca que ofrecen la posibilidad de una detección rápida, económica y temprana; y considera que esta tecnología puede contribuir a la gestión de los brotes.
De hecho, podemos estar ante un punto de inflexión, ya que grandes compañías se están lanzando a la producción masiva. La estadounidense Abbott ha logrado la certificación europea para su prueba rápida de antígenos (Panbio™ COVID-19 Ag Rapid Test Device), que da resultados en 15 minutos. La Comunidad de Madrid ha adquirido dos millones de estas pruebas y comenzará a utilizarlas la próxima semana en centros de salud y servicios de urgencias. Los planes de esta empresa pasan por lograr una producción de hasta 50 millones al mes a partir de octubre. Roche, otro gigante del sector farmacéutico, acaba de realizar un anuncio similar. En su caso, partirá de una producción de 40 millones de test mensuales, pero espera duplicarla de aquí a final de año.
En España la compañía zaragozana CerTest Biotec ha sido la primera en desarrollar y fabricar un test de antígenos, un kit de características similares a los de las grandes multinacionales. “Ahora es la tendencia y otras empresas también estamos trabajando en esta línea”, destaca Belén Barreiro, vicepresidenta de la Asociación Española de Bioempresas (AseBio). En su opinión, hay un gran ‘boom’ de este tipo de test porque urge resolver el problema de análisis que tenemos a día de hoy.
¿Por qué no habían despegado hasta ahora? Sin duda, desde el punto de vista científico-técnico, desarrollar un kit de antígenos es mucho más complejo que otro tipo de pruebas, ya que utiliza proteínas específicas del virus, y es necesario seleccionarlas adecuadamente. Aunque hubo test de antígenos desde el comienzo, los primeros resultaron decepcionantes. El Gobierno español compró a China cientos de miles de kits que tenían una sensibilidad del 30%, según comprobó el Instituto de Salud Carlos III.
“No fue un error”, opina Llamas, “sabían que las pruebas no estaban validadas, se la jugaron y salió mal. Personalmente, pienso que fue una decisión acertada porque la prueba de antígeno es más precoz y, si llega a haber funcionado, habríamos salvado vidas. No funcionó porque los antígenos es la prueba más difícil de hacer”. Con el perfeccionamiento de este sistema, muchos expertos creen que ha llegado el momento de apostar por esta vía.
En cambio, la vicepresidenta de AseBio cree que la actual demanda de test de antígenos no tiene tanto que ver con la mejora de sus características como con un cambio de mentalidad con respecto a su utilidad. “En su día se desestimaron porque se comparaban con la PCR, que es infinitamente más sensible, así que se pensó que no valían para nada. Ahora, después de seis meses de experiencia, se ha aclarado el número de copias del virus que tienes que haber para que una persona pueda contagiar a terceros. Los límites ya se han establecido y no todos los positivos por PCR resultan ser infectivos”, afirma. Por eso, “a día de hoy los test rápidos han comenzado a tener valor”.
Aun así, los test rápidos no son la panacea y, según algunos expertos, no siempre podemos fiarnos de la efectividad (en cuanto a especificidad y sensibilidad) que declaran los fabricantes, muchas veces cercana al 100%. Para medirla hay que tener una referencia, el ‘gold standard’, que en este caso debería ser la PCR. Sin embargo, “a veces utilizan como ‘gold standard’ otra prueba de anticuerpos y eso no es válido, es como si voy conduciendo y para medir la velocidad utilizo como referencia el coche que llevo al lado”, denuncia Llamas. Otras veces, la referencia sí es la PCR, pero los estudios se han llevado a cabo con un número muy reducido de pacientes.
Las propuestas más innovadoras
En cualquier caso, no dejan de salir productos y propuestas. Por ejemplo, recientemente se habla mucho de las pruebas de saliva. La idea es sencilla: si el virus está en las gotitas que expulsamos, está claro que se puede detectar en la saliva. El problema es que la carga viral que se necesita para detectarla es relativamente alta. La realidad es que la PCR es “entre 100 y 1.000 más sensible que la prueba de antígenos en saliva, pero es cierto que quienes están infectados y desarrollan síntomas tienen una carga viral muy elevada y puede ser suficiente. Sin embargo, los asintomáticos con poca carga viral se podrían escapar”, apunta Llamas.
Sin embargo, el método puede ser muy útil para hacer un primer cribado que permita identificar positivos de forma rápida con un ahorro económico significativo. Es la idea de que desarrolla un grupo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid para sus propios estudiantes, docentes y personal. Tras extraer muestras de saliva, detectan en ellas ARN del virus, es una especie de PCR simplificada llamada RT-PCR. “Nuestra idea no es usarlo como un método diagnóstico, aunque se podría usar, sino como un método de cribado de la comunidad universitaria, el objetivo es tener una herramienta para lograr una detección muy rápida para cualquier positivo que se presente”, señala el biólogo molecular José Manuel Bautista.
Para ello, juntarán grupos de 10 personas –por ejemplo, estudiantes de un grupo de prácticas o el personal de un laboratorio–, recogerán la saliva de todas y harán una sola prueba. Así, con 1.500 test cubren 15.000 individuos. Si sale positivo, les indicarán que se aíslen y, posteriormente a través de atención primaria o en la propia universidad, ya realizarán las pruebas individuales pertinentes. El coste es de cuatro euros cada prueba y, como incluye a una decena de personas, cada una sale por 0,4 euros.
“Nuestra idea es hacer esto periódicamente, cada semana a todo el mundo. Muchos casos que detectemos en nuestro proyecto, o que detecten en otros ámbitos por otros métodos, pueden identificarse antes de mostrar síntomas, así que tener un método rápido, altamente sensible y que pueda realizarse de forma sencilla es muy importante desde el punto de vista del control epidemiológico”, destaca Bautista. En su opinión, los test rápidos son una necesidad, “algo que tendría que haberse pensado antes”.
Otro debate es la forma de generalizar estas pruebas. A pesar de que abundan los laboratorios que se han acreditado recientemente, algunos expertos opinan que “hace falta un criterio clínico y una experiencia en la interpretación”. Por el contrario, otras voces reclaman que los test se puedan realizar en farmacias o incluso que los ciudadanos sean libres de comprar el kit en cualquier momento y hacer la prueba en su casa. El funcionamiento no deja de ser similar al de un test de embarazo.
Sin embargo, otros argumentan que la venta libre de test sin un control específico de las autoridades sanitarias complicaría aún más el rastreo de los casos, que favorecería a quienes tienen mayor poder adquisitivo o que darían una falsa sensación de seguridad que pondría en peligro el cumplimiento de otras medidas como el uso de mascarillas, la higiene de manos y la distancia social. Además, no dejan de tener una precisión muy limitada con respecto a las PCR.
Algunos cálculos indican que es más importante la frecuencia con la que se realizan los test que la fiabilidad de los mismos. Por ejemplo, un estudio (no revisado por pares) asegura que es preferible llevar a cabo una prueba poco sensible que realizar pruebas más precisas una vez cada dos semanas. Sin embargo, teniendo en cuenta que en esta enfermedad un solo caso puede generar brotes importantes, algunos expertos consideran que no se debe renunciar a la precisión y que, en todo caso, las pruebas rápidas tienen que estar respaldadas por PCR.
Coronavirus hoy en Perú: cuántos casos se registran al 18 de Septiembre
LA NACION
La epidemia de neumonía viral provocada por un nuevo coronavirus se expande por el mundo y la preocupación también va en aumento. Hasta el día de hoy 18 de Septiembre, se reportaron en Perú 744400 casos de infectados, 31051 de muertos y 587717 de recuperados. Estas cifras son difundidas diariamente por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con respecto al día anterior, no se conocieron casos nuevos de infectados, según lo informado por el organismo internacional.
Perú se encuentra en el puesto 5 de países con mayor cantidad de infectados. La lista de los primeros diez se compone de la siguiente manera: Estados Unidos 6869785, India 5212686, Brasil 4457443, Rusia 1085281, Perú 744400, Colombia 743945, México 680931, República de Sudáfrica 655572, España 625651, Argentina 601713.
El 25% de los países aún no tiene fecha para el regreso a la escuela con los efectos negativos que los cierres prolongados causados por la pandemia implican para la educación. Las agencias dedicadas a la salud, los niños y la educación urgen a los gobiernos a dar prioridad a la reapertura escolar invirtiendo en medidas de seguridad y protección sanitaria.
“Todos queremos que los niños regresen a la escuela y todos queremos que las escuelas sean sitios seguros”, dijo este martes el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanon Gebreyesus, y subrayó que la decisión de cerrar los centros educativos debe ser “un último recurso, temporal y sólo debe implementarse a nivel local en áreas con una transmisión intensa de COVID-19”.
En una conferencia conjunta con las titulares del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Tedros recordó que a nueve meses del inicio de la pandemia del coronavirus, quedan muchas preguntas en cuanto a la forma en que el COVID-19 puede atacar a niños y adolescentes quienes, en general, tienden a tener un cuadro leve de la enfermedad, aunque llega a haber casos graves o incluso fatales y aún se desconocen los efectos a largo plazo de la infección en estos grupos.
Pero la interrupción de la educación de esos colectivos tiene consecuencias devastadoras no sólo para ellos sino para la sociedad en su conjunto, por eso, es de vital importancia que puedan volver a sus escuelas.
“No hay cero riesgo”
Para ello, dijo Tedros, la sociedad tiene que trabajar unida. “Mantener a los niños a salvo y en la escuela no es sólo trabajo de las escuelas, los gobiernos o las familias. Es trabajo de todos, debemos trabajar juntos”, recalcó.
El jefe máximo de la OMS reconoció que “no hay cero riesgo”, pero aseveró que con una combinación adecuada de medidas, los niños pueden estar protegidos del contagio y aprender que la salud y la educación son los bienes más preciados de la vida.
En algunos países las escuelas han abierto; sin embargo, según los datos de UNICEF, una de cada cuatro todavía no tiene fecha para la reapertura.
La directora de esa agencia, Henrietta Fore, por su parte, urgió a los gobiernos a invertir de nuevo en la educación y a dar prioridad a la reapertura escolar cuando se levanten las restricciones impuestas por la pandemia.
UNICEF / Josue Mulala
Estudiantes con mascarilla en una escuela de la República Democrática del Congo
¿Abrir las escuela o los bares?
El doctor Mike Ryan, director de la OMS para Emergencias, indicó que los países del hemisferio norte están por empezar la temporada fría, en la que la gente pasa la mayor parte del tiempo en espacios cerrados, lo que aumenta el riego de infección y coloca en peligro de muerte a las personas mayoreso vulnerables, “eso es de conocimiento general”, apuntó.
“La otra cosa en la que estamos de acuerdo es que las escuelas son importantes y que la educación de los niños es prioritaria. ¿Cómo combinar la protección de la muerte a las personas vulnerables y el regreso de los niños a la escuela? Debemos hacer sacrificios porque tenemos que mantener la guardia alta frente al virus y reducir la transmisión comunitaria para lograr ambos propósitos. Y la única forma de conseguirlos es que los adultos se mantengan a distancia para disminuir los contagios”, explicó.
Ryan fue enfático al preguntar: “¿Qué ese más importante, que los niños regresen a la escuela o que estén abiertos los bares y los clubes? Son decisiones que tenemos que tomar para los meses del invierno. Son sacrificios y no hay respuestas simples ni correctas, la única vía que tenemos es evaluar los riesgos, no hay alternativas.”
Agregó que en esto deben participar y comprometerse tanto los gobiernos como las sociedades. “Esa conversación tiene que ocurrir en muchos países ahora, no hay soluciones mágicas y debemos dejar de estar buscando amuletos”, apuntó.
Niños en Côte d'Ivoire utilizan mascarillas en la escuela.
Invertir en educación
Los responsables de las tres agencias destacaron la labor que han hecho en los meses de pandemia los maestros y las escuelas para que los niños continúen su aprendizaje, así sea a distancia; sin embargo, señalaron que los avances durante ese periodo han dependido de la capacidad de los sistemas para adaptarse a una educación a distancia. “Algunos países tienen los recursos y la infraestructura para hacerlo y otros no”, apuntaron.
En este sentido, reiteraron la importancia de que se invierta en todos los aspectos de la educación en el marco de la pandemia: capacitación de maestros, infraestructura física y digital, instalaciones sanitarias y de higiene adecuadas, agua limpia y jabón, así como otras medidas de sanidad y saneamiento e información para estudiantes y docentes.
La guía brinda consejos prácticos con información actualizada de salud pública lo mismo para escuelas en zonas sin casos, con casos esporádicos, con grupos de casos o con transmisión comunitaria.
Iker Jiménez ha saltado al prime time de Telecinco con Informe Covid, el especial de Cuarto Milenio sobre el coronavirus. Este programa ha contado con un grupo de reputados virólogos, médicos e investigadores científicos que han analizado algunos nuevos interrogantes sobre la COVID-19 que continúan sin respuesta y que sobre todo han debatido sobre la polémica vuelta al cole. Así, han ahondado en la dura realidad del regreso a las aulas, hablando sin tapujos de las posibles consecuencias del retorno masivo de los menores a las clases.
Informe Covid, el especial de Cuarto Milenio que gira en torno a la incidencia del coronavirus en niños, su papel como posibles supercontagiadores así como en la polémica vuelta al cole, no ha dejado indiferente a ningún espectador. Y es que este programa ha profundizado, junto a varios especialistas, en el regreso a las aulas en plena pandemia.
El especial ha recalcado que los niños no son inmunes al virus y, de hecho, como demuestran muchos estudios, son al menos igual de contagiosos que los adultos. En este contexto, todos los invitados han coincidido en que la vuelta al colegio, a pesar de que era necesaria para los críos, se ha producido de una manera precipitada.
“Me encanta que los niños vayan al colegio, se tienen que socializar. Es una premisa que creo deberíamos de cumplir, pero siempre con una seguridad. La pena es que hemos perdido el tren del tiempo porque, sin en marzo se cerraron los colegios y se abren ahora en septiembre, ha habido un tiempo importante que se deberían haber hecho cosas que no se han hecho. La hoja de ruta se está improvisando de alguna forma en los colegios, cambiando continuamente protocolos e historias que eso, a la larga, no va a ser bueno, ha asegurado el pediatra Fernando García-Sala.
Ahora que uno de los invitados más críticos con el regreso a las aulas ha sido el doctor José Miguel Gaona que ha dicho primeramente que “los niños deben ir al colegio. El problema es que no se han hecho las cosas como se deberían haber hecho”. Asimismo, el profesional ha apuntado que “una cuestión es lo que nos gustaría que fuese y otra cosa es la realidad y con la realidad en este país nos hemos dado unas tortas de aquí te espero. La realidad es que estamos en septiembre, somos el Wuhan de Europa, o particularmente grandes ciudades en España como por ejemplo Madrid”.
Por su parte Fernando Uribarri, facultativo del Hospital San Rafael de Madrid, considera que “lo importante no es tomar una decisión para todo el país, para todo el año. Se abren los colegios y se acabó. Esto es lo que vamos a hacer pase lo que pase. Aquí hay que ser muy flexible. Estamos en una situación de incertidumbre tremenda. No sabemos nadie, realmente, que va a pasar en octubre. Nos tenemos que ir adaptando y, cuanto más se personalice o focalice en barrios mucho mejor. Tenemos que tener una capacidad de reflejos tremenda para ir acotando al virus. Si no el virus nos come”.
En la misma línea el pediatra Fernando García-Sala se ha mostrado muy intranquilo porque “me preocupa el colegio pero también el ambiente familiar. Lo que no puede ser es que los niños en el colegio intentemos tenerlos en unas urnas, que no se contagien de nada, y de repente salgan a la calle, los cojan los padres, se vayan al parque y estén 48 personas juntos abrazándose”.
En este punto el doctor César Carballo, médico adjunto del servicio de Urgencias del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, ha dicho que hasta ahora a “los abuelos los teníamos protegidos. Se estaban autoprotegiendo ellos mismos y les pedimos un nuevo sacrificio probablemente ahora que es: vete a recoger al niño. O cuando venga el niño del colegio te lo quedas. Ahí vamos a ponerles otra vez en riesgo”.
Finalmente José Miguel Gaona ha rematado que mandar a todos los niños al colegio de la misma forma en España “es totalmente descabellado. Si no lo decimos así alto realmente va a parecer que somos cómplices de esta barbaridad que se está haciendo es este país”.
En la misma entrega Carmen Porter, junto al investigador Pablo Fuente, ha repasado las estadísticas de los casos de coronavirus en plena vuelta al colegio de los niños. "No cumplimos ninguno de los criterios epidemiológicos que ellos proponen para evaluar si sería seguro abrir los colegios”, ha asegurado el investigador desgranando los estadísticas.